El Capitán Ad Hoc

Ojalá tuviera la capacidad de bordonear que tenía don Ata. Pero NO. No la tengo, aunque si poseo la de divagar. Y parafraseándolo podría decir “porque divagando veo que ni yo mismo me mando”. Mi incapacidad de asociar acordes no me impide asociar ideas, frases e imágenes. Y aquí quería compartir una asociación de ideas que tuve hace unos pocos días viendo y oyendo al Presidente del Frente Amplio y leyendo confidencial.uy.
Es que viendo algunos gestos de Fernando Pereira, le encontré un asombroso parecido con un entrañable personaje de una de las más influyentes series de historietas europeas del siglo XX: “Las aventuras de Tintin”, del belga Hergé. Quienes la conocen habrán adivinado (o coincidido) que ese inolvidable personaje no es otro que el famoso Capitán Archibaldo Haddock, el fiel amigo del protagonista de estas aventuras, el intrépido reportero juvenil Tintín. Una de las características más notorias del Capitán Haddock son su sarcasmo tosco y sus frecuentes accesos de ira que lo llevaban a lanzar insultos, improperios y exabruptos a troche y moche. Lo llamativo de éstos es que ninguno podía ser considerado “formalmente” como tal, casi seguramente porque parte del público lector incluía niños. Debo confesar también que si bien la traducción del apellido del capitán no es otro que “Arenque ahumado” no pude dejar de asociarlo con la expresión latina “ad hoc” y su significado (que es apropiado, adecuado o especialmente dispuesto para un determinado fin; hecho especialmente para un fin determinado o pensado para una situación concreta).
Así es que, producto de mis divagues, no me sorprendería demasiado si en cualquier momento, viéramos a nuestro vernáculo “Capitán ad hoc” espetarnos frente a cámaras y micrófonos altisonantes epítetos como VISIGODOS!!! o ECTOPLASMA!!!, olvidando que, como expresaba don Ata, “el que se larga a los gritos, no escucha su propio canto”.