Uruguay con el riesgo-país más bajo de su historia

El riesgo país fue un concepto que se puso bastante de moda en los aciagos días de la crisis financiera uruguaya de comienzo del siglo XXI, y los medios lo repitieron muchas veces sin demasiada conciencia de que cosa querían decir con ese indicador.
Sólo se sabía que si el riesgo-país era alto, la cosa estaba mal.
Y si era más alto, estaba peor.
Sería importante explicar que fue un término coyuntural que indicó con un número comparativo a los compradores de deuda pública de un país, en que lío se metían si adquiriesen papeles de endeudamiento de ese Estado.
Vayamos a las definiciones, para que se entienda el logro.
El riesgo-país de un Estado es la cifra que ese país tiene que pagar por encima del Gobierno de los Estados Unidos, para poder colocar en el mercado un bono de deuda.
La explicación merecería una exposición más compleja, pero a los efectos didácticos de explicar el concepto de riesgo-país, vamos a concentrarnos en papeles emitidos en dólares estadounidenses.
Cuando un Estado quiere conseguir dólares para sus arcas, tiene básicamente dos grandes vías.
La primera es cobrar tributos a los exportadores por sus ventas al exterior, que pueden ser desde tasas aduaneras hasta impuestos porcentuales sobre las exportaciones, como son las famosas “detracciones” que tantos líos han provocado, y que son porcentuales a las colocaciones en el exterior.
Los exportadores venden en dólares, y por esa vía, el Estado recauda un porcentaje del negocio y obtiene dólares para su bolsillo.
La segunda forma es emitir deuda, es decir, colocar en el mercado (las bolsas de valores) títulos con un compromiso de devolver al final de un determinado período, el dinero que se pidió más la tasa de interés estipulada al inicio de la transacción.
Ahí, la captura de dólares para la billetera del Estado tiene un costo.
Si por ejemplo, Estados Unidos emite bonos por US$ 100, al vencimiento de la deuda deberá devolver los US$ 100 pedidos, más un porcentaje calculado de acuerdo a la llamada tasa de interés, que es la verdadera ganancia de los prestamistas.
Para hacer el razonamiento que lleva a la idea de riesgo-país, de forma convencional se elige un papel de deuda estadounidense a dos años de plazo, y se lo compara con la tasa que paga un bono similar del Estado que está al arbitrio del calculo del riesgo-país.
Vaya como ejemplo para entender el concepto (y el título de esta nota): hoy la tasa de interés de las T-Notes estadounidenses a dos años de plazo es de 3,75%, al tiempo que los títulos uruguayos de similares características que pueden ser comparados con el título norteamericano, serían los Bonos Globales, que en la actualidad pagan una tasa de 3,72%.
Esto significa que el actual riesgo-país de Uruguay sería levemente negativo, cuando 20 años atrás (durante la crisis de 2002) éste llegó a tocar los 3.100 puntos básicos.
Más allá de cualquier retórica, estos números muestran la seriedad de la actual conducción económica y el pulso firme de Azucena Arbeleche.