Sospechan que el hidrógeno podría provocar calentamiento

Desde hace décadas el hidrógeno es considerado como un combustible milagroso, por el proceso mediante el cual produce energía y los inocuos derivados que deja su producción en el proceso de gestión energética. Sin embargo, la panacea podría no ser tal. Ya se levantan voces indicando que el combustible verde -como también se lo llama- podría empeorar el cambio climático, porque se considera que los escapes a la atmósfera podrían contribuir al calentamiento global, en razón de lo cual algunos científicos indican que deben limitarse sus fugas. Los modelos prospectivos de una futura economía basada en el hidrógeno indican que el hidrógeno filtrado a la atmósfera representa una amenaza tan riesgosa de calentamiento global, como las emisiones de carbono. El hidrógeno no atrapa el calor directamente como lo hace el COâ‚‚ (dióxido de carbono), pero cuando se filtra al aire, se desencadenan una serie de reacciones químicas que calientan el aire, actuando como un gas de efecto invernadero indirecto. Según un reciente informe del gobierno del Reino Unido, si bien el carbono permanece en la atmósfera durante siglos, el hidrógeno al aire durante 20 años tiene 33 veces el potencial de calentamiento global de una cantidad igual de dióxido de carbono. El calentamiento derivado del hidrógeno nunca antes había sido un problema, ya que su uso se limitaba en gran medida a las refinerías de petróleo y las plantas químicas o de fertilizantes. Pero ahora los gobiernos de las economías desarrolladas están invirtiendo en construir una economía de hidrógeno y visualizan este inconveniente. En función de ello, el gobierno de Estados Unidos -por ejemplo- ha planificado construir cuatro "centros de hidrógeno" que producirán el combustible. Las empresas estadounidenses de servicios públicos, que ahora utilizan gas natural como energético, ven al hidrógeno como una opción óptima y planificaron en los últimos dos años más de dos docenas de proyectos piloto de hidrógeno. Pero esta objeción ha orientado a que los ingenios que se construyan, deberá construirse minimizando la eventualidad de fugas. El hidrógeno tiene grandes ventajas como combustible limpio. La gran mayoría del hidrógeno que hoy se produce es extraído del gas natural, en un proceso que libera dióxido de carbono, pero también puede separarse del agua utilizando energía renovable, sin más emisiones que oxígeno. Pero a pesar de estos beneficios, el hidrógeno también puede deslizarse fácilmente a través de equipos diseñados para contener moléculas más grandes como el metano en el gas natural. Eso es un inconveniente, debido a que se considera que el metano tiene un poderoso efecto invernadero, con más de 80 veces el potencial de calentamiento global del dióxido de carbono durante 20 años. La reacción entre el hidrógeno y esa sustancia, conocida como radical hidroxilo u OH. La objeción se basa en que esa reacción deja menos OH disponible para reaccionar con el metano, el que ingresa a la atmósfera, queda por más tiempo y causa más daño que el hidrógeno. El hidrógeno filtrado también tiene otros efectos de calentamiento. En la troposfera, la capa atmosférica más cercana al suelo, desencadena una cadena de reacciones químicas que producen más ozono, otro gas de efecto invernadero y un componente clave del smog. Mucho más arriba, en la estratosfera, el hidrógeno conduce a un aumento del vapor de agua, lo que tiene el efecto general de atrapar más energía térmica en la atmósfera. Se considera que estas reacciones ocurren en un corto período de tiempo, mientras que el exceso de dióxido de carbono acumula calor atmosférico durante siglos.