“Buenísmo Liberal”, un peligro para la Democracia y la República

Hechos 23 de octubre de 2022 Por Fernando Caride Bianchi
El ser liberal, demócrata y republicano, tiene como principal obligación el cuidado de la democracia y de la República. Y esa defensa implica necesariamente tener claro que la Izquierda, que está en la vereda de enfrente de nuestro pensamiento, está dispuesta a hacer CUALQUIER COSA para la obtención de sus objetivos políticos
REPUBLICA

Hace unos pocos día confidencial.uy publicó una excelente nota de  nuestro compañero Heraclio Labandera titulada “El Buenísmo Liberal”. En esta oportunidad no es la intención de profundizar sobre los conceptos enunciados por Labandera, sino simplemente esbozar la aplicación de los mismos a la actualidad política nacional.

Para quien no haya tenido oportunidad de leer la nota sobre “El Buenísmo Liberal”, se las dejo al final de la presente .

Días pasados, en conferencia de prensa, el Presidente de la República informó a la ciudadanía el acuerdo alcanzado en la Coalición Republicana de Gobierno respecto de lo que dio en llamar la imperiosa e impostergable  Reforma de la Previsión Social.

El proyecto iniciará su tratamiento parlamentario en la Cámara de Senadores. En una primera etapa será objeto de estudio por parte de una Comisión especialmente creada a tales efectos, para luego ser considerado por el plenario.

Tanto el PIT-CNT como su brazo político el Frente Amplio, ya han adelantado opinión respecto del proyecto anunciando su desacuerdo, incluso antes de su estudio.

La pregunta es: ¿el Buenísmo Liberal dejará engañarse por el Frente Amplio y entrará en su estrategia tradicional del “palo en la rueda” dilatando la discusión del proyecto más allá de lo razonable?

El Frente Amplio lo ha hecho siempre. En todos los proyectos que sabe de antemano que no acompañará, especula con el “Buenísmo” de quienes en aras de lograr un consenso mayor en la aprobación, para demorar los trámites e incluso introducir modificaciones que no mejoran sustancialmente el proyecto, para después terminar por no votarlo.

Solo recordar lo que fue el proceso de negociación de la reforma constitucional de 1996,  en el que luego de que se le concediera al Frente Amplio un gran número de modificaciones al texto a plebiscitar, terminaron por hacer lo que desde un principio sabían que harían: no votar.

Es la estrategia de Izquierda en el Uruguay y en el Mundo. De hoy y de siempre.

Los dirigentes de la Coalición Republicana, sin dejar de ser democráticos y republicanos, tienen que entender que la Izquierda en general y el Frente Amplio en particular, cuando son oposición, su preocupación no es el bienestar del país y de su gente. Su preocupación es la obtención del Poder.

Y es así que todas sus acciones están dirigidas hacia ese objetivo. No importa que sean malas en el corto, mediano o largo plazo para la economía y la sociedad uruguaya. Basta recordar cual fue la actitud del Frente Amplio ante la crisis del año 2002, cuando no votaron la ley de Fortalecimiento del Sistema Financiero, a  sabiendas que significaba la ruina para el país. Y esto atado a la exhortación de Tabaré Vázquez a entrar en default, demostrando que lo único que les interesaba era generar condiciones favorables para la obtención del poder y no la recuperación del país.

La famosa frase de “cuanto peor mejor” ejemplifica claramente en solo tres palabras la estrategia. La obtención del poder es lo único que les importa. 

Incluso, una vez obtenido el Poder, el fin último no es el bienestar del país y su gente. El objetivo es el mantenimiento del Poder. Y es así que durante los quince años de administración Frenteamplista se tomaron medidas que se sabía que en un futuro cercano serían funestas para la economía del Uruguay, pero igualmente fueron tomadas porque el objeto de las mismas fue el mantenimiento del Poder.

Algunos dirán “pero en el Frente Amplio no todos los dirigentes son iguales, hay mucha gente con buenas intenciones”. Y es cierto, pero todos sucumben ante el llamado de la estrategia histórica de “cuanto peor mejor”. La “buena gente”, inmersa en la estrategia macro de la obtención y mantenimiento de Poder, o sea del Poder como un fin en sí mismo y no un medio para un fin, termina desdibujándose  y acompañando la “ola” creada y fomentada por la extrema izquierda radical .

Lo dicho anteriormente es de fácil comprobación . Si no fuera cierto lo anterior ¿cómo se entiende que a la hora de defender ciertas posturas y/o atacar otras, el Frente Amplio tenga un discurso unívoco plagado de burdas exageraciones, falacias, mentiras y hasta calumnias? Por supuesto que quienes representan a los grupos radicales dentro del Frente Amplio son los abanderados y punta de lanza de las mentiras. Pero los supuestamente “moderados” mantienen un silencio cómodo y conveniente y en algunos casos también se suman a la campaña de mentiras para no quedar muy rezagado ante su “burbuja” militante. Este, por poner un ejemplo, es el caso del senador Bergara, que a pesar de vender una imagen supuestamente seria, académica y desprovista de malas prácticas políticas, en ocasión de la campaña contra la LUC, no tuvo ningún problema de salir a mentir respecto del famoso “desalojo expres” y otros asuntos.

¿A cuántos dirigentes supuestamente moderados y “buenos tipos”, vimos desmarcarse de estas estrategias en donde la mentira es el sustento de la misma? Me atrevería decir que a ninguno.

En consecuencia, esperemos que los dirigentes de nuestra Coalición Republicana no se dejen ganar por el “Buenísmo Liberal”. Que entiendan que la Izquierda  y el Frente Amplio no utilizan los mismos parámetros políticos que los liberales demócratas y republicanos. No persiguen las mismas cosas, ni a mediano, ni a corto ni a largo plazo. Por definición privilegian el internacionalismo a la Patria. Lo más importante para ellos es el Estado y su arbitrario criterio de “interés general” y no el individuo. Por solo mencionan algunas de las grandes diferencias. Pero la gran diferencia, lo que realmente convierte a los Liberales  en moralmente superiores, es el hecho de que la Izquierda  no tiene ningún prurito en mentir y a engañar para lograr sus objetivos políticos.

Y la diferencia más importante es la utilización de cualquier mecanismo en la carrera hacia la obtención o mantenimiento del Poder. Lo importante es la idoneidad de la herramienta y no lo ético y lo moral. No importa si es justo o no. No importa si es falso o verdadero. No importa si es jurídico o antijurídico. Solo importa esa herramienta sea útil para cumplir el objetivo propuesto.

El ser liberal, demócrata y republicano, tiene como principal obligación el cuidado de la democracia y de la República. Y esa defensa implica necesariamente tener claro que la Izquierda que está en la vereda de enfrente de nuestro pensamiento, está dispuesta a hacer CUALQUIER COSA para la obtención de sus objetivos políticos.

El “Buenísmo Liberal”, con su conducta, podríamos decir cuasi permisiva, lejos de cuidar la democracia y la República, terminan siendo funcionales a quienes atentan contra ellas.

Hay que tener claro que el hecho de respetar todas las ideas y opiniones no implica reconocer que todas son buenas. De ninguna manera, solo es admitir la existencia de personas que tienen el legítimo derecho de estar equivocadas, pues de no pensar que están equivocados pensaríamos igual que ellos.

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Fernando Caride Bianchi

Abogado y Escribano. Un citadino devenido productor rural. Hombre orquesta en el campo. Amante de la historia y los temas políticos. Oriental, Hispano y tributario de la Civilización Cristiana Occidental. Cuando el trabajo lo permite, me escapo con la pluma y el papel. Espadachín del sentido común y esgrimista del mandoble.
Editor de Confidencial.

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