Una de las organizaciones racistas con más triste celebridad en el mundo es el Ku Klux Klan (KKK) un movimiento de odio nacido en los Estados Unidos al final de la Guerra Civil de Secesión (1861-1865), que intentó a sangre y fuego dividir a ese país entre el Norte y el Sur. El principal detonante del odio que motivó al KKK desde el principio fueron las personas de raza negra descendiente de los esclavos de las plantaciones de algodón existentes en el Sur del país. Durante la Guerra de Secesión los estados esclavistas del Sur intentaron formar un país separado de EEUU, conocido como Estados Confederados de América, enfrentado a los abolicionistas de la Unión (Norte). El KKK nació en 1865, luego de la derrota del Sur en la Guerra Civil y fue abolido en 1871, pero recreado en 1915 hasta el presente. La forma despectiva popularizada por los racistas de raza blanca para referirse a la gente de color fue la de nigger, un término oprobioso utilizado por los neonazis del KKK tanto para referirse a los afrodescendientes, como a los blancos que tuviesen algún tipo de vínculo con las personas de raza de color. Si bien este relato puede parecer un poco exótico a la realidad nacional, algunos operadores políticos uruguayos tienen sus propios nigger vernáculos para condenar. Así por ejemplo el actual comando político del FA cree que todo lo que ellos "demonizan" debe ser de modo ineluctable objeto de desprecio, sin tomar en cuenta ningún otro criterio que no sea el del mero anatema por ellos dictado. Y lo peor es que cualquier vínculo con los sujetos "demonizados" de inmediato marcaran como nigger a las personas que escriban un simple saludo de aniversario. Con el diario del lunes, cualquiera que le hubiese preguntado a Astesiano sobre el estado del tiempo, en un segundo se volvió "sospechoso" de transmitir información privilegiada, a juzgar por la titulación de algunos diarios, o que una estupidez como "feliz cumpleaños, jefe" se volviera digno de un titular periodístico, o si la pregunta sobre si llovía fuera una infidencia propia de un secreto de Estado. Astesiano manda un saludo de cumpleaños y el titular fue que Astesiano mantenía vínculos con un expresidente. Un empleado de menor cuantía que el relato del FA de las últimas semanas ha elevado a los altares diabólicos, convirtiendo a un chanta oportunista en una entidad maligna superlativa de visos metafísicos. Lo quisieron vender como Al Capone y resultó un Pato Celeste del subdesarrollo. En busca de un guión para sacralizar la "bondad" del relato zurdo, la obra maniquea que el FA monta en escena todos los días necesita que los libreristas frenteamplistas describan relatos que vilipendien la probidad de adversarios y enemigos. Y en ese esfuerzo, cualquier movimiento es presentado como generador de sospechas, suspicacias y dudas. Por eso en las últimas semanas se han divulgado modestos mensajitos de los chats del celular de Astesiano, como si fueran auténticas revelaciones de los escritos del Qumram. Las noticias al respecto son chistes de ocasión que se presentan como si se tratase de desenterramientos de secretas enseñanzas de monjes tibetanos, o que la contabilización de cuántas veces algún secretario de Lacalle se comunicó con el encargado de la seguridad de Lacalle fuese revelador de algo, o referir cómo sospechoso preguntarle al custodia si el auto estaba en el garage y describirlo al modo de como se describen en la prensa los actos sospechosos de un delito. Los que pretenden mostrar como dolosas ciertas conductas que no lo son,, presentan todo esté desaguisado cómo  si se tratara de una revelación ilegal, y hasta un comentario sobre el delivery de la pizza y los morrones es mostrado como si fuera parte de un acto de corrupción institucional. Pero es parte del reality show que este FA que descubre nigger para inculpar  dónde no hay nada y enciende la hoguera para terminar con los sospechosos. Ese es el FA que Fernando Pereira ha convertido en una secta de odio. Que ha mutado desde el FA al Ku Klux FA.