¿Preparando reactivación del Foro de San Pablo?

Por primera vez en su actual administración el presidente Ignacio "Lula" Da Silva visita Uruguay y se reúne con el presidente Luis Lacalle. Pero además de ello se encontrará con José Mujica, Carolina Cosse, Fernando Pereira y para completar el tour por los pasillos de la oposición, se reunirá con el PIT y se entrevistará con Marcelo Abdala. Abajo de la mesa parece haber quedado Yamandú Orsi, pero el dirigente canario podría aparecer a último momento. Queda claro que en términos proporcionales, Lula dedicará más tiempo a reunirse con la oposición que con el gobierno. Cómo en política, ninguna movida es inocente, hay que evaluar cuál es la señal que Lula puede estar dando con esas visitas que han cosechado críticas entre algunos dirigentes del oficialismo. Durante sus dos primeros gobiernos, Lula intentó tener una influencia hegemónica sobre los partidos y movimientos de izquierda de los países de América Latina, a través de las redes tejidas por el Foro de San Pablo. Esta organización fue diseñada como una "Internacional" (al estilo la Internacional Socialista) pero bajo el influjo del PT brasileño. En los últimos años la influencia directriz del Foro de San Pablo se vio disminuida durante el gobierno de Jair Bolsonaro, y la hegemonía sobre el progresismo se intentó que fuera sustituida por la fuerza directriz de otro gobierno de izquierda con veleidades hegemónicas: México. En efecto, con la llegada al poder en ese país del izquierdista Andrés Manuel López Obrador, se intentó sustituir la influencia declinante del Foro de San Pablo por el emergente Grupo de Puebla. Pero con la nueva llegada de Lula al gobierno de Brasil, es esperable que retorne la influencia directriz del PT brasileño en los partidos y movimientos de izquierda de los países limítrofes con Brasil, en lo cual el Foro de San Pablo tiene un papel central. ¿Las distintas reuniones que Lula tendrá con todo el complejo de la izquierda de Uruguay, significa el retorno del Foro de San Pablo al centro de la escena? Lula no es un individuo sino que funciona como una marca, detrás de la cual opera un comando colectivo. La idea que agitan es consolidar una "Internacional Progresista" que pueda coordinar y vertebrar a diferente fuerzas políticas para que nutran de nuevos contenidos el desgastado relato de la izquierda tras la caída del bloque soviëtico.