Al cerrar la semana, Fernando Pereira agradeció reiteradamente en sucesivas notas de prensa, la "generosidad" del Partido Comunista, al resolver de "motu proprio" servir al Frente Amplio la cabeza en bandeja del diputado Gerardo Núñez y hacerlo renunciar a su banca legislativa a consecuencia de la denuncia de violencia sexual que lo tuvo un año en el freezer. Esas declaraciones coincidieron con fuertes expresiones de la dirigente sindical de ADEOM, Valeria Ripoll, en un programa de televisión, que cuestionó con dureza la metodología operativa del Partido Comunista del Uruguay (PCU), el escuadrismo militar de sus militantes y el disciplinamiento ideológico que los lleva a perseguir a los que se marchan de sus filas. "Es muy difícil", dijo Ripolll, refiriéndose al manejo político con el PCU, indicando que ella había pasado por filas de ese partido y por salirse del mismo, fue amenazada ella y su familia en varias oportunidades. Pero la sindicalista hizo esa referencia, porque comentó el contexto en el cual la mujer que había acusado al diputado Gerardo Núñez de un delito sexual, terminó retirando la denuncia de extraña manera. Muchos observadores advierten que el retiro de la acusación por parte de la mujer que tuvo en jaque por un año a Núñez, habría sido a consecuencia de una sucesión de amenazas contra la integridad física de ella y su familia, en lo que sería un "apriete" al mejor estilo de la mafia siciliana. Retirada la denuncia, ya no hay elementos que prueben que el potencial dolo estuvo adobado por una movida de naturaleza mafiosa, pero quedan sospechas que se agigantan con el relato de Ripolll. Para peor, el propio Pereira hizo declaraciones que le hicieron un flaco favor a Núñez, ya que dejaron en evidencia que el sustento de la denuncia que sobre él pesaba, en realidad tenía motivos. "La generosidad del Partido Comunista le ahorró al Frente Amplio iniciar un debate (sobre los hechos de los que se acusaba a Núñez) cuando el FA se prepara para recuperar el gobierno en 2024", dijo Pereira, en declaraciones que no dejaron para nada en claro, que Núñez fuera inocente de las acusaciones que sobre él pendían. ¿Si Núñez era inocente, por cuál extraña razón los tribunales del KGB charrúa iban a pedirle a Núñez que renunciará? Pero lo hicieron y al parecer el PCU fue "generoso" -según Pereira- en evitarle al FA el trago amargo. ¿Pero si era inocente, por cuál motivo el trago sería amargo? Los hechos que generaron la denuncia, se vinculan a un encuentro sentimental que terminó con relaciones sexuales, mantenidas en el domicilio de Núñez, entre él y una militante de izquierda. El ahora ex acusado arguyó que las mismas fueron consensuadas, mientras que la militante de izquierda que impulsó la denuncia,  aseveró que por el contrario, la relaciones sexuales no fueron consentidas. Pero luego al retirar la mujer la denuncia contra Núñez, el PCU entendió que la acusadora reconocía que había mentido, pero contra toda lógica si se tratara de una mentira, le exigió a Núñez la renuncia a su banca legislativa. Un partido como el comunista, que según Ripolll hace "seguimientos", espionaje y acciones de inteligencia, y que cuenta con un aparato armado en democracia, parece que hizo un arreglo que lo enfrenta el feminismo radical de izquierda. Y además, fue un arreglo bien turbio. 

El Diputado comunista Gerardo Núñez arregló con la mujer que lo escrachó en redes