Ordenar el tránsito, una materia pendiente

En la problemática del mal funcionamiento de la circulación del tránsito en especial en Montevideo, pero en general en todo el país, no solo tiene como protagonistas a los conductores, como se afirma permanentemente, sino que también y en mayor medida a los gobernantes que tienen a su cargo el tema y esto es fundamentalmente, porque entre otras cosas ellos son los responsables de su orden y además reciben un sueldo para que lo hagan eficientemente.
Las políticas aplicadas, en general dicen poner el foco en la vida humana, en la seguridad del tránsito. Pero un simple análisis de múltiples factores, nos indican que eso no es tan así y que muchas veces, “a caballo” del cuidado de la seguridad y de la vida humana, se desarrolla solamente una política con fines puramente recaudatorios.
Los grandes operativos y preocupaciones de los inspectores de tránsito ¿en qué consisten? Bueno principalmente en controlar los vehículos mal estacionados, que no se circule por el carril de solo Bus, y los excesos de velocidad. También el no pago de la Patente de Rodados. Cuando no se esconden detrás de algo para multar a los conductores que no respetan un cartel de “Pare”, puesto en un lugar sin sentido alguno.
¿Alguien vio alguna vez a un inspector de transito multar a los que obstaculizan el tránsito circulando por la izquierda a velocidades de paso de hombre? ¿alguno de nosotros conocemos el caso de un conductor que haya sido multado porque circulaba sobre el eje de la calzada y giró hacia la derecha abruptamente? O porque a la inversa, circulando por la derecha, al llegar a una esquina se cruza toda la calzada abruptamente para girar a la izquierda?
Hasta el momento las autoridades han tomado el camino fácil y rentable de la sanción por conductas que muchas veces no son las que verdaderamente ponen en riesgo la vida humana en el tránsito.
El sistema de Transito vehicular en el país, para tener más éxito en su ordenamiento, se debería operar un verdadero sinceramiento en las señalizaciones. Y esto con el principal objetivo de que el conductor no sospeche que simplemente fueron puestas para multarlo.
Los carteles de “Pare” deben ser puestos en lugares donde la detención total del vehículo, previo al inicio de un cruce, debe ser realmente necesaria, de lo contrario corresponde un “Ceda el paso”. Todos estamos aburridos de ver lugares donde este criterio no se aplica.
El criterio de las velocidades máximas permitidas, también debe ser sincerado. Como puede ser que en la AV. Luis A. de Herrera de Montevideo, en el tramo que es doble vía, con cantero central, amplias veredas para la circulación de peatones, excelentemente iluminada, con una visibilidad perfecta en sus cruces además de estar señalada su preferencia con carteles de “Pare” en todas las esquinas y en los cruces importantes contar con semáforos, la velocidad máxima permitida sea de 45km/h, misma velocidad que se permite circular por la calle Cufré o cualquier calle de barrio.
¿Cómo puede ser que en accesos a ciudades del Interior del país, como es el caso de Minas por la Ruta 8, doble carril con cantero central, con una densidad de población muy escasa, iluminada y perfectamente señalizada, la velocidad permitida sea de 45km/h?
Además es importante destacar que la velocidad máxima de 45km/h como parámetro general, fue establecida en un Uruguay donde su principal calle era Sarandí. Los vehículos pesaban dos toneladas, sus frenos no eran ni hidráulicos, la visibilidad que poseían era pésima y sus luces eran prácticamente velas. Resumiendo, eran moles, con pésima visibilidad, no frenaban nada, no iluminaban nada y con un sistema de dirección que tampoco doblaban nada.
Este tipo de cosas son las que hacen que el conductor descrea de la conveniencia del respeto de las señalizaciones de tránsito. El conductor piensa, y muchas veces con razón, que la regulación lo que busca, en virtud de su irracionalidad, es que el conductor la incumpla para así poder multarlo y de esa manera poder recaudar dinero.
El día que estos cambios se produzcan. El día en que las autoridades realmente adopten medidas para que los conductores crean en el sistema como un beneficio para todos y no para las arcas recaudadores. Recién ese día mejorará la circulación vehicular en nuestro país