El emprendedor dinámico.

Miscelánea 12 de julio de 2022 Por Darío Hernández Carro
La creatividad de los jóvenes emprendedores uruguayos se da en abundancia, pero no se puede decir lo mismo de las fuentes de financiación. Este es el mayor obstáculo para crear una empresa.
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Para montar un negocio hay que contar con fondos propios. 
Una gran mayoría utilizan ahorros personales o familiares como fuente principal de financiamiento; otros pocos tienen acceso a bancos como fuente de capital inicial, y un porcentaje mínimo cuentan con inversores privados o con aportes de capital de riesgo. La falta de acceso al financiamiento representa un obstáculo para la creación, supervivencia y crecimiento de las empresas.
El emprendedor se ve forzado a reducir el tamaño inicial de la empresa, a buscar nuevos socios o a retrasar el lanzamiento de la empresa, lo que puede resultar en la pérdida de oportunidad para un negocio.
En Uruguay existe una nueva generación de emprendedores, que a diferencia de los emprendedores de la crisis, los emprendedores dinámicos no buscan sobrevivir sino realizarse, independizarse y aplicar sus estudios. 
Lo más novedoso es que estas nuevas empresas son fruto de creaciones colectivas más que de esfuerzos individuales, que contrasta con el perfil de las micro y pequeñas empresas que en su mayoría son obra de una sola persona.
Esta nueva generación de emprendedores jóvenes nacen con mayor sentido de la responsabilidad social, de cumplimiento de normas de calidad y de tener los papeles en regla.
Es más probable que logren crecer los que emprenden por motivaciones positivas que quienes lo hacen por estar desempleados.
Cuando se emprende sin vocación, si las empresas sobreviven es frecuente que no crezcan.
El legado familiar y educacional también suma. 
Es posible que surjan más emprendedores de familias con padres que trabajan de forma independiente, con cuya experiencia el futuro emprendedor entra en contacto desde joven 
Diversas opiniones apoyadas en estadísticas públicas y privadas afirman que se asiste a un ensanchamiento de la base empresaria local. 
Y agregan que también está en curso un cambio cualitativo del perfil de los empresarios, considerado por los expertos como un factor clave para asegurar la sustentabilidad de los emprendimientos.
Ligada a cierta vocación por emprender de la población y por efecto del cambio de modelo productivo y del crecimiento económico, esta tendencia tendría como pilares la creciente incorporación de jóvenes, mayoritariamente universitarios o terciarios, a la actividad emprendedora.
Esto se debe a las grandes oportunidades que se han abierto a través de la sustitución de importaciones y de los desarrollos regionales.
Los emprendedores perciben las oportunidades de negocios y toman riesgos al afrontar la incertidumbre propia del desarrollo de procesos innovadores, el diseño de productos y la apertura de nuevos mercados.
La insatisfacción laboral, las nuevas oportunidades de negocio que hay en el mercado y la capacidad de los jóvenes para afrontar nuevos desafíos, son los motores de la joven guardia emprendedora.
En definitiva, los especialistas coinciden que estas características están marcando un perfil empresario con mayor capacidad de resistencia al desgaste natural de los primeros años de actividad emprendedora y a los vaivenes de la economía global y local. 
El bagaje de conocimientos técnicos del universitario uruguayo funciona como inductor a la decisión de emprender. 
El notable desarrollo que vienen alcanzando sectores como el software, en menor medida la biotecnología, así como la recuperación de la industria manufacturera que movilizó a muchos ingenieros, están entre las principales razones que explican esta movida profesional-emprendedora.
Una importante particularidad de esta generación empresaria con formación universitaria radica en cierta propensión a crear más empleo, en relación a los empresarios establecidos con anterioridad. 

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