La cuarta revolución industrial

Los emprendedores desarrollan proyectos de corte tecnológico, disruptivos, que aportan innovación al sistema económico y a las relaciones comerciales.
La gran mayoría de las nuevas empresas son de base tecnológica, muchas veces inspirados en esa imagen que se ha transmitido al mundo desde Silicon Valley.
Allí se ubican algunas de las compañías mas exitosas del mundo como Google, Facebook o Cisco, mutinacionales que hoy dominan el mundo pero que empezaron como un sueño que se hizo realidad con talento, esfuerzo, y una idea innovadora y disruptiva.
Uruguay siempre ha estado a la vanguardia en materia de emprendimientos, entendiendo que esto es algo que va más allá de una moda.
Es una transformación más profunda que se produce en el mundo, porque el único modo de dar el salto al futuro es ofreciendo medidas atractivas que suponga la creación de empresas que aporten y aporten al PBI.
Esta cuarta revolución industrial va a cambiar las formas de trabajar en casi todos los ámbitos, y Uruguay debe estar preparado si quiere participar de ella y no quedarse fuera.
No estar a la altura conllevaría un serio perjuicio, pues los profesionales más preparados tendrían que irse fuera y las empresas no podrían estar a la altura del resto de competidores mundiales.
Por todo ello, la innovación y el emprendimiento cada día son más importantes en cualquier sociedad, sobretodo en los países emergentes, cualquier pequeño fallo podría repercutir en las exportaciones, y puede dejarnos a la cola de la vanguardia.
Si los productos nacionales no tienen ese valor añadido, innovador y disruptivo que se va a exigir a partir de ahora, los países no querrán comprarlos, algo que causaría un grave daño a la economía, ya que la fortaleza de Uruguay, precisamente, son las exportaciones.