La única constante del Frente Amplio de Fernando Pereira es oponerse a todo. Tan previsible es esa primaria conducta, que todo indicaba que también se opondrían hasta una mejora. Parecía mentira que eso ocurriese, pero el algoritmo del FA indicaba ese sería el resultado. Bueno, dicho y hecho: cuando el presidente Luis Lacalle anunció que en enero el gobierno implementaría una rebaja de impuestos, el FA -como marcaba el guión- salió a oponerse. Es como si a diario contaran un chiste del que todos saben el final.
Los bonos argentinos bajo presión se hundieron otro 5% y ayer cotizaron menos que los de Ucrania. En la víspera los bonos en dólares de Argentina llegaron a rendir un 46% (medidos en dólares), una tasa superior a la del país en guerra e invadido por los rusos. El BCU fijó su lupa en los riesgos de contagio.
La negatividad del Frente Amplio es genética. Con un discurso que no encuentra nada positivo sobre la Rendición de Cuentas, encima reconoce que el Gobierno dispondrá aumentar los gastos, pero en ese caso dice que el aumento no es aumento. Clarito.
Los uruguayos mostraron que para 2023 alientan esperanzas de que en un año habrá una mejorara en la situación económica del país. La sobriedad en el manejo de las cuentas públicas, la recomposición de los datos de trabajo medidos tras la pandemia y el crecimiento no esperado del PBI nacional, denotan su efecto en la confianza del público sobre el futuro desempeño de la economía nacional. Creció el número de los que creen que en el próximo ciclo las cosas van a mejorar bastante más.